miércoles, 19 de agosto de 2015

El agua siempre vuelve a su cauce: mala planeación urbana origen de inundaciones recurrentes

Por Blanca Padilla
 
Los estragos de las inundaciones, año con año, provocan las quejas de los vecinos de Iztapalapa, pero el agua no hace más que reclamar sus lechos naturales.

Los vecinos olvidan que viven sobre lo que fue un lago, sustento de un pueblo de pescadores que si supieron captar y aprovechar al máximo el agua de lluvia.

Antes que desperdiciarla o dejarla inundar pueblos y ciudades, los antiguos habitantes construyeron represas y jagüeyes para almacenarla y la distribuyeron por acueductos y canales que lo mismo servían para la irrigación de sus chinampas que como vía de transporte, de acuerdo con Fernando Benítez en Viaje al centro de México.
No necesitaron tantos organismos para administrarla. Consideraban al agua como un bien público, derecho y responsabilidad de todos.

Las actuales inundaciones ocurren porque hemos invadido con edificaciones sitios que antiguamente se utilizaban para almacenar el agua de lluvia. Pagamos las consecuencias de una mala planeación urbana, de acuerdo con el ingeniero Agrónomo, especialista en Suelos, Félix Alberto Llerena Villalpanado.

También existe una grave  falta de coordinación entre las instituciones involucradas en la gestión del agua y  un arraigado desprecio por la legalidad  entre la población e ignorancia en temas como el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales.

Aunque, también influyen problemas socioeconómicos como el abandono en el que se tiene al campo y el desempleo. De ahí resulta la sobrepoblación de las ciudades y el uso de terrenos poco propicios para construir viviendas, abundó.

Otras causas, dijo, son el cambio de uso de suelo, la tala inmoderada, incendios, sobrepastoreo, prácticas agrícolas inadecuadas, sobreexplotación de mantos acuíferos, falta de regulación para explotar minas de arena, excesivas descargas de aguas residuales y prácticas inadecuadas del uso de la energía.

Ante las dimensiones del problema, Llerena Villalpanado opinó que obras como los grandes colectores, para evitar inundaciones, sólo atacan los efectos, no las causas.

“Reduciendo la deforestación e incrementando los trabajos de conservación de suelo y agua se resolverían más problemas”, aseguró.

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